¿Marketing para series y películas? Así se construyen audiencias hoy

¿Qué pasaría si dejáramos de pensar en "lanzar contenidos" y empezáramos a diseñar rituales culturales? Hablar de marketing para series y películas es preguntarnos: ¿estamos construyendo una audiencia o apenas persiguiendo algoritmos? En el mundo actual del entretenimiento, el marketing ya no es un complemento, es parte esencial del proceso creativo.
Una buena historia no garantiza audiencia. Lo que la garantiza es una estrategia que entienda el deseo, Y eso exige que el marketing no llegue al final del proceso, sino que nazca junto con el proyecto.
El marketing de series y películas exitosas tiene al menos tres lecciones claras:
• Narrar antes que anunciar. Las mejores campañas no "informan" sobre un estreno: extienden la narrativa. El lanzamiento de "Wandavision" incluyó piezas que parecían salidas de los años 50; la promoción de "Baby Reindeer" dejó espacio para que el público dudara si era ficción o testimonio. La audiencia no quiere que le digas qué ver. Quiere entrar al juego.
• Activar comunidades, no solo seguidores. El engagement profundo nace cuando la audiencia se siente parte de algo más grande. "Heartstopper" no solo usó redes sociales: activó conversaciones sobre identidad, afecto y visibilidad. El marketing entendió que no promocionaba una serie, sino una causa emocional. La estrategia es clara: conectar con la audiencia correcta, en el momento justo, con el mensaje preciso.
No se trata solo de hacer ruido, sino de generar interés real, expectativa y conversación. Hacer marketing para una serie o película no es diseñar una campaña: es diseñar una experiencia expandida. El público no es un objetivo, es un territorio narrativo por conquistar. Es pensar en territorios de pertenencia: un espacio emocional que toque una fibra cultural, ofrezca un espejo, se vuelva código compartido. Y para hacerlo, ya no basta con saber vender: hay que saber contar, activar, escalar y escuchar.
Las audiencias no se construyen desde la pieza promocional, sino desde la concepción del proyecto. ¿Qué tema puede volverse conversación? ¿Qué personaje puede despertar identificación? ¿Qué elemento visual puede volverse ícono? Las audiencias actuales quieren formar parte. Buscan códigos que reconozcan, guiños que los inviten a participar, y espacios donde puedan compartir su emoción.
El marketing para series y películas ya no puede centrarse en "cómo comunico esto", sino qué estoy activando al comunicarlo. ¿Una conversación? ¿Un deseo de réplica? ¿Un espacio simbólico que la audiencia no sabía que necesitaba? La pregunta no es "cómo hacer que me vean", sino: ¿qué les estoy dando para que se queden? El mayor error hoy es seguir pensando que el marketing es un accesorio.
En realidad, es una capa narrativa más: puede expandir el universo de una historia, amplificar su impacto y, sobre todo, asegurar que llegue a quien la necesita. El éxito hoy se mide en conversaciones, en engagement, en fanarts, en hilos de X, en audiencias que se vuelven cómplices del proyecto. Porque el verdadero impacto es la apropiación. Cuando tu contenido ya no te pertenece porque la gente.
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