La importancia de certificar los procesos formativos

04.08.2021

A medida que entramos en el nuevo mundo del trabajo, se reconfirma el papel estratégico que tienen el aprendizaje y el desarrollo (L&D, por sus siglas en inglés) en el crecimiento de las organizaciones. No solo se observa una recuperación de la inversión en este rubro, sino que los gerentes y colaboradoras/es están dedicando más tiempo a su capacitación, así como los directivos están dando prioridad a los programas formativos.

De acuerdo con el reporte Leading with Learning 2020 de LinkedIn, el 56% de los profesionales del aprendizaje y desarrollo coinciden en que la cultura de la formación es más fuerte ahora que antes de la pandemia y el 66% señala que la función de las áreas de Recursos Humanos, Gestión de Talento y Capacitación, se han convertido en una parte fundamental en sus organizaciones.

Asimismo, se observa un cambio en el reconocimiento de la importancia de la formación, ya que el 62% de los profesionales del aprendizaje y desarrollo consideran que sus directivos se comprometen de manera activa en su promoción, en contraste con el 27% del año anterior2.

Ante este escenario, se presenta una oportunidad para que las áreas de Recursos Humanos, Gestión de Talento y Capacitación consoliden su posición, por lo que se requiere fortalecer las estrategias para el desarrollo y formación de personal alineadas a los objetivos de negocio y a los indicadores claves de desempeño. Además, surge también la expectativa de demostrar el valor del aprendizaje basado en métricas que permitan medir la aplicación práctica de los conocimientos, habilidades y destrezas, así como el impacto de la capacitación en el desempeño laboral y en los resultados de la organización.

Es en este marco que la certificación puede ser una opción interesante para reforzar los procesos formativos y contribuir a que las áreas de Recursos Humanos, Gestión de Talento y Capacitación cuenten con evidencias para validar la eficacia de la formación.

Para iniciar este proceso, se sugiere tomar en cuenta los siguientes puntos:

Revise los objetivos y prioridades de la organización:

Como punto de partida es importante revisar los objetivos y prioridades de la organización, sobre todo en el contexto del teletrabajo y de las modalidades híbridas, así como las metas de cada departamento y/o área para entender sus necesidades específicas de formación e identificar las áreas de oportunidad de sus colaboradoras y colaboradores.

Defina los objetivos y resultados esperados de la formación:

Con base en el análisis de necesidades formativas defina cómo la formación contribuirá a mejorar las áreas de oportunidad identificadas y cómo incidirá en los resultados de la organización. En ese sentido, el diseño de los programas formativos debe considerar las necesidades tanto de los departamentos/áreas como las de su personal, sus objetivos deben ser claros y estar alineados con la dirección estratégica de la organización.

Determine qué le interesa evaluar:

La evaluación aporta información valiosa para medir distintos aspectos de la formación y es un componente fundamental para la certificación. Generalmente se evalúa la satisfacción de las y los participantes en torno a la calidad de los capacitadores, el contenido y los materiales, siendo un valor agregado la evaluación de la transferencia de los aprendizajes.

La certificación toma en cuenta la información obtenida en los puntos anteriores para verificar y validar que el proceso formativo cumpla con criterios, parámetros e indicadores, lo que permite demostrar que funciona con eficacia y, por lo tanto, que sus colaboradoras y colaboradores son capaces de aplicar los conocimientos, habilidades y destrezas adquiridas en su trabajo, contribuyendo con ello a alcanzar los objetivos de su organización.

La Dirección de Educación Continua de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México (IBERO) puede acompañarle en este proceso a través de CERTIFICA IBERO, un servicio especializado de certificación que busca evaluar el grado de aplicación práctica de los conocimientos, habilidades y destrezas adquiridas, así como los efectos que tiene la formación recibida en el desempeño laboral, en la organización y en el entorno social.


Gabriela de la Peña Romero, Líder Institucional de CERTIFICA IBERO Dirección de Educación Continua