La traducción colectiva como un proceso. Funciones de los agentes involucrados.

22.03.2021

¿Cómo se llevan a cabo los proyectos colaborativos de traducción? Antes que otra cosa, resulta fundamental conocer detalladamente el texto para saber cuáles de los integrantes de un equipo o colectivo de traductores pueden desempeñar de manera más eficiente y con mejores resultados las diferentes tareas que suelen conformar este tipo de trabajos.

Hay dos virtudes primordiales para poder implementar una dinámica como esta, la humildad y el respeto: humildad para reconocer las propias limitaciones y buscar ayuda en el miembro del equipo más capacitado para suplir esas carencias, y respeto para valorar las opiniones de todos los participantes y al mismo tiempo confiar en las decisiones de quien está a cargo de cada proyecto específico.

La división de funciones dentro del "proyecto amplio de traducción" va mucho más allá que la traducción propiamente dicha. Estas funciones "van desde la atención al cliente [...], pasa por la cotización, la asignación del proyecto a los traductores, editores, diseñadores, terminólogos, revisores según corresponda, hasta los temas de cobranza, facturación y pago de impuestos" (Sentíes, 2018). Al tratarse de una realidad en continuo movimiento, quizá no resulte muy productivo asignar papeles o responsabilidades de manera fija e inmutable.

Los diferentes miembros de una comunidad traen consigo saberes, capacidades y experiencias distintas acumulados en la particular historia de vida de cada uno de ellos. Por lo tanto, es muy probable que quien pueda desempeñarse como terminólogo en un proyecto por conocer mejor la jerga particular de una disciplina, necesaria para crear o revisar adecuadamente un glosario, quizá no pueda cumplir de la mejor manera esa función al tratarse de un proyecto nuevo de una materia distinta. Ese agente podrá tal vez aportar más al proceso al incorporarse en una función distinta, posiblemente la revisión ortotipográfica o la traducción per se.

En numerosos comentarios entre colegas, algunos plasmados en blogs sobre traducción, puede constatarse cómo una queja recurrente entre los egresados de programas universitarios de traducción es la falta de preparación para la realidad laboral. Si se toma en cuenta que la sistematización en los procesos de traducción colaborativa y la consecuente reflexión al respecto no han estado sobre la mesa durante mucho tiempo, probablemente sea uno de los grandes ausentes en los planes de estudio de las distintas instituciones educativas.

Es de todos sabido que en traducción no hay recetas y que, al igual que en las ciencias médicas no hay enfermedades sino enfermos, en nuestro oficio cada texto requiere de un acercamiento particular determinado por sus características. Si se cuenta con la variable agregada de las distintas personalidades, capacidades y conocimientos de los diferentes agentes de una traducción colectiva, ese acercamiento es aún más individual. Sin embargo, lo que sí es verdad es que la dinámica de la traducción colectiva es un fenómeno presente en el mercado y que es deber de los docentes preparar a los alumnos para que puedan llegar mejor preparados a sus futuros trabajos en colaboración.

Adaptado de: Celis-Mendoza, M. (2019). La traducción colectiva como proceso o producto. Reflexiones sobre el trabajo en colaboración a partir de casos de estudio concretos. Mutatis Mutandis. Revista Latinoamericana de Traducción, 12(2), 540-558. doi: 10.27533/udea.mut. v12n1a10

Dra. Martha Celis Mendoza, Coordinadora del Diplomado Traducción inglés-español de Diplomados IBERO.