Modelo Andragógico de la Educación Continua en la IBERO
La actualización de conocimientos y la adquisición de habilidades y competencias que preparen a las personas adultas trabajadoras para enfrentar los retos en los diferentes sectores profesionales de un mundo globalizado y de la sociedad del conocimiento se ha vuelto el principal reto de las instituciones de educación superior que tienen a su cargo una entidad de educación continua.
El público adulto que busca formación para la vida en la educación continua es diverso: con motivaciones, objetivos de formación y capacitación distintos a los de las personas matriculadas en la educación superior y el posgrado. Asimismo, la educación continua, sabida distinta a la educación formal de grado y posgrado, por su misión y propósito formativo sumado a la heterogeneidad de perfiles y necesidades educativas que atiende, resulta pertinente para responder con innovación y vanguardia las demandas educativas específicas que requieren un abordaje multidisciplinario, ágil y veloz.
En este sentido, la Universidad Iberoamericana Ciudad de México-Tijuana, a través de este modelo andragógico ignaciano, busca cubrir las necesidades de formación y actualización que la sociedad demanda y que la educación continua puede brindar con garantía de procesos educativos de calidad. A través de la Dirección de Educación Continua, se busca plantear que los procesos formativos que se ofrecen, promuevan la transformación, profesionalización y capacitación, tanto del claustro docente, como del alumnado, para ser agentes competitivos en el ámbito laboral con el humanismo que enseña en Modelo Ignaciano.
La DEC asume dicho compromiso, es por ello, que se presenta el contenido del Plan de Desarrollo Académico de Educación Continua 2030, alineado con la propuesta de la estructura académica, organización, procesos y fundamentos andragógicos como ejes centrales del Plan de Desarrollo Institucional 2030 de ANUIES, y del el Plan Estratégico 2030 de la Universidad Iberoamericana.
Asimismo, el Modelo Andragógico Ignaciano de la Dirección de Educación Continua de la Universidad Iberoamericana, pretende desarrollar, estructurar y llevar a cabo, un esquema de enseñanza que, en su significado más simple, atienda a las necesidades del adulto trabajador, teniendo como ejes principales la calidad educativa y la actualización profesional.
Debido a la diversidad de programas que la Dirección de Educación Continua ofrece, la misión educativa a 2030 requiere que todo programa, cuente con las siguientes estrategias:
- Promover la mejora continua de los servicios que se prestan a las instituciones asociadas e incrementar su reconocimiento social.
- Fomentar la vinculación y el intercambio académico de las instituciones asociadas para incidir en el desarrollo regional y nacional.
- Contribuir a la integración y al desarrollo del sistema de educación superior.
Al conseguir la alineación de estas tres estrategias, se logran diversas acciones como: la descalendarización de programas de trabajo, con la finalidad de flexibilizar las actividades, y que las mismas, lleven un proceso de reflexión, análisis y gestión en el largo plazo para el adulto trabajador.
Adicionalmente, presentar un cambio de la metodología de trabajo, mezclado con las aulas 360°, permitirán que el Modelo Andragógico de la Dirección de Educación Continua de la Universidad Iberoamericana, promueva propuestas sólidas, basadas principalmente en mesas de trabajo, foros, consultas y trabajo con representantes de instituciones, cursos, talleres y diplomados.
La elaboración de este modelo andragógico, se basa en dos ejes principalmente: la utilización de los principios de planeación estratégica y el uso del enfoque de sistemas, que debe concebirse como un conjunto de procesos, no sólo técnicos, sino sociales, alineado a valores y procedimientos distribuidos en el ámbito educativo.
Alinear los esfuerzos de la ANUIES y la Ibero a través de la DEC implica una participación de diversos actores, involucra un mayor número de personas que permitan analizar su contexto laboral y social, con un componente ético, dinámico y actualizado.
El modelo, aunque ideal, busca ser siempre algo muy práctico, tanto en la investigación como en la docencia. Dicho modelo, debe estar enfocado en la solución de los grandes problemas que afectan a la humanidad: el desarrollo sostenible y justo, la convivencia intercultural, y los valores que dan sentido a la acción transformadora de la sociedad. La docencia, por su parte debe promover la formación de profesionales conscientes de las diversas riquezas que puede producir el ejercicio de su profesión: salud financiera, satisfacción ecológicamente sostenible de las necesidades vitales, y también sentido de la existencia y construcción de una comunidad humana más respetuosa de la dignidad humana.
Este modelo, está enfocado a lograr el desarrollo integral de los hombres y las mujeres de nuestro tiempo. Por lo tanto, las competencias que se procuran en el proceso de enseñanza-aprendizaje no están orientadas solamente a responder a las exigencias del mercado, sino que derivan de un marco humanista, que concibe a las personas como seres con enormes posibilidades de desarrollo, en la medida en que sean conscientes de sí mismas y del mundo en el que viven; competentes para afrontar los problemas técnicos, sociales y humanos a los que se enfrenta un profesional; compasivos, es decir, capaces de sentir como propios el gozo y el dolor de los demás, y de acompañarlos y ayudarlos desde dentro de la situación en la que se encuentran y, en consecuencia, comprometidos con ellos.
Por Dra. Anet Pasco Cordera, Líder de Desarrollo de Contenidos de la Dirección de Educación Continua de la IBERO.